Diseño de Futuros para sobrevivir al presente
Diseñamos futuros para tomar buenas decisiones en el presente. En este artículo reflexionamos sobre por qué es importante tomar decisiones con perspectiva temporal.
En los tiempos que corren muchos se preguntan: ¿Por qué ningún estado estaba preparado para un suceso de estas características? No más de un par de meses atrás todos corrían tras la coyuntura. Cotización del dólar, inflación, barril del petróleo, índices bursátiles, pero pocos frenaban la pelota para diseñar futuros a mediano o largo plazo. Generando planes permeables a algún tipo de cambio o transformación, disruptivo o gradual, que desafíe el modo de gestionar sus negocios hasta entonces.
Dos de los informes que Robosophy ® co-creó junto a Gire SA – y el área de ecosistemas que comanda Federico Wawryczuk, son un buen reflejo para entender la importancia que tiene el diseño de futuros como técnica para gestionar el porvenir futuro de las organizaciones, que lejos están de jugar a ser Nostradamus, sino que procuran generar escenarios posibles para analizar en forma temprana oportunidades y amenazas.
En el informe 2018 nos preguntamos cuál sería el valor de las experiencias físicas con un horizonte al año 2030. El escenario más fuerte que surgió es el de hibridación físico-digital o phygital. Del informe se desprende que habrá ciertas experiencias físicas que serán irremplazables, por ser propias de la naturaleza del ser humano, otras que serán eminentemente digitales, pero, lo más destacable, es que habrá un amplio espectro para la hibridación phygital. Es decir, acciones que se podrán ejecutar tanto en formato físico como digital, siendo el usuario quien ostenta el poder de decidir en cada momento y según el contexto. De allí se desprende el notable crecimiento que, indefectiblemente, tendrán la Internet de las Cosas (IoT) y la Inteligencia Artificial (AI) combinadas para generar datos contextuales que permitan comprender, y en el mejor de los casos inferir, el proceso de toma de decisión de los usuarios.
La pandemia aceleró la dirección del cambio y nos enfrentó a largas colas en los centros de abastecimiento -experiencia física que no desaparecerá-, y nos encontró a todos trabajando desde nuestras casa, haciendo que Zoom, Skype y Hangouts sean las nuevas estrellas en este embrollo. El mundo después de la pandemia quedará marcado por una hibridación más profunda, donde quienes probaron el gusto de trabajar desde sus casas quizás no vuelvan a la oficina de 9 a 18; donde quienes por primera vez abrieron el home banking quizás no vuelvan a hacer colas en los banco; y quienes hicieron alguna consulta al médico por un malestar menor, o una sesión de terapia, quizás no vuelvan a ocupar salas de espera mientras leen revistas de celebrities del mundo; y hasta, quizás, haya quienes el festejo de su cumpleaños por Skype no sea un medio efectivo para ahorrar los costos de alquiler de un salón de fiestas para el año que viene.
En el segundo informe de 2019, nos preguntamos por el impacto que tendrán las plataformas digitales en el trabajo en Argentina para 2030. Diseñamos futuros posibles a partir de la tendencia en alza de las plataformas de trabajo distribuido, desde Upwork, hasta deliveries como Rappi o transporte como Cabify.
En el contexto actual, a partir de las restricciones de circulación, los deliveries son los héroes urbanos del momento. Tomaron una relevancia tan grande que pueden circular con el mismo nivel de permiso que la policía o los servicios de salud. Esto potencia el valor de las aplicaciones que permiten balancear la oferta y la demanda de trabajos de delivery, haciendo, en muchos casos, que las redes de abastecimiento funcionen con mayor efectividad. ¿Cuánto crecerán las plataformas luego de la pandemia o se trata tan sólo de una cálida primavera para el sector? ¿Cuál será el valor percibido de marca de Glovo para esos padres que alguno de sus hijos se enfermó y un Glover trajo el remedio en su bicicleta? ¿Cómo afectará el crecimiento de las plataformas de gig -changa en inglés- a la dinámica de atención al público?
Dentro de los futuros propuestos, se planteó el crecimiento de trabajadores sobre las plataformas. Este crecimiento se plantea bajo la premisa de la libertad de ser tu propio jefe. Los economistas coinciden en que luego de la pandemia aumentará la desocupación y, muchos, deberán autoemplearse a la fuerza. La gran diferencia entre los que recordamos el 2001 y el momento actual es el acceso a la tecnología. Las plataformas hoy ayudarán a ordenar mejor los trabajos, paliando la crisis desde la informalidad pero con orden y organización, y en tiempo récord, respuesta que los gobiernos muchas veces no pueden dar más allá del asistencialismo y su lenta burocracia.
Los futuros diseñados en estos informes plantean escenarios donde el mundo cambia y las organizaciones se deben adaptar obligadamente. Planteando a la par que muchas organizaciones ya han comenzado el camino hacia la transformación de manera temprana y aunque sea, han dispuesto recursos para pensar nuevos caminos. Sucedió por motivos inesperados, pero el resultado fue acertado, el mundo se hibridizó, y las plataformas de trabajo tomaron fuerza. Quienes hicieron una lectura correcta hoy gozan de una garantía que ofrece un bien intangible: la capacidad plástica de aprender y adaptarse que, en tiempo de crisis, vale mucho más que bienes raices, estáticos e inertes.
Los líderes de organizaciones a todo nivel tienen la responsabilidad de mirar hacia el futuro de manera continua y, sin dudas, la economía de lo intangible ha dado muestras de su valor a la hora de repensar estrategias de inversión. En un presente donde lo único constante es el cambio, quién se ata a la coyuntura, pierde. Hoy todos están interesados en elucubrar cómo será el mundo luego de la crisis esperando que la prospectiva les dé alguna dirección de nado para volver a la costa. Bienvenido sea.